lunes, 28 de noviembre de 2011

Voces, reclamos y esperas de jubilados

El 9 de octubre falleció mi suegro, Ramón Maidana, quien sufrió un ACV el 21 de julio, razón por la cual fue internado en la Clínica Catán durante 17 días.
En este lugar esperó durante una semana que le realicen una tomografía computada y padeció la indiferencia con la que fue tratado hasta que le dieron el alta. Ya en su casa, aguardó postrado, por cada uno de los médicos y kinesiólogos, con sus largos turnos, tanto que falleció antes de poder comenzar las sesiones de kinesioterapia.
Mientras tanto, producto de su inmovilidad y ante nuestra falta de recursos económicos y la burocracia reinante del PAMI para conseguir un colchón anti escaras o una silla de ruedas o un médico que se pudiera acercar a verlo, empezó a empeorar su estado general y se nos fue.
Deseo de corazón que nadie más tenga que sufrir la insensibilidad, maltrato y desidia. Por una vez en la vida piensen que nuestros mayores son seres humanos que merecen respeto.
Vanesa Buzzini
pupa776@hotmail.com
Publicada en Clarin el 19/11/2011

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