martes, 22 de noviembre de 2011

El TC cotidiano


Se­ñor Di­rec­tor:

"Nos rasgamos las vestiduras buscando culpables por el accidente que costó la vida del piloto de TC Guido Falaschi. Si en un vehículo de competición, equipado con jaula antivuelco y laterales construidos con caños de acero reforzado, casco integral, cuello Hans de protección y butaca de seguridad, no se pudo evitar el desenlace fatal, ¿qué podemos esperar los conductores comunes, que circulamos por rutas y banquinas en mal estado, con choferes de ómnibus sin dormir, camiones de más de 30 años de antigüedad, lluvia, niebla y humo, sin estas protecciones especiales?

"No olvidemos que salimos a la pista en nuestras rutas de sólo dos angostas manos, a jugar a la ruleta rusa. Hoy la velocidad no hace la diferencia con el TC: sólo hace falta que dos vehículos circulen a 90 kilómetros por hora para obtener la desaceleración de 180 kilómetros por hora a cero del accidente de hace una semana.

"Y lo hacemos con la mayor naturalidad: apuntamos a pasar como mucho a un metro del que viene en dirección contraria; corremos con lluvia, humo y niebla, sin banderilleros y sin la radio con el box en las mismas rutas prohibidas hace años por la ACTC.

"Hemos perdido la noción del peligro, pasamos a un estado de inconsciencia natural porque no queremos darnos cuenta de que las autopistas y autovías son una utopía en este país, donde las decisiones se toman en y para una ciudad Estado que se olvida del patio de atrás. Sólo me queda pedir a Dios que a mis hijos, familiares, amigos o a mí mismo no nos toque ser el Guido de todos los días."

http://www.planautopistas.com.ar/

Daniel Alberto Urbina
DNI 11.104.937
durbina@zca.com.ar

Publicada en el diario La Nación el 20/11/2011

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