Señor Director:
"Lo que nos está pasando tanto a los que viven en la Capital como a los que vivimos más allá de la General Paz, con la ola de aumentos salvajes y corralitos monetarios, me hace acordar de aquel celebrado chiste del infierno argentino.
"Cuentan que, al morir, Dios le concedió a un hombre el privilegio de optar entre el cielo y el infierno. Primero ascendió al paraíso, donde vio a los santos entonando cánticos celestiales de amor y de paz, y pensó que iba a aburrirse.
"Luego descendió al averno y se sorprendió al ver que los condenados la pasaban de maravilla: jugaban al golf, paseaban en yates con bellas mujeres, degustaban manjares.
"Habló con San Pedro y le comunicó que prefería pasar la eternidad en el infierno. Grande fue su sorpresa cuando al día siguiente comprobó que nada de lo que había visto era realidad. Los condenados sufrían espantosos tormentos y todo era llanto y crujir de dientes. Pidió inmediatamente hablar con Satanás y lo increpó: «Ayer esto era mejor que el paraíso y ahora compruebo que he sido estafado».
"Sin inmutarse, el diablo le respondió: «Lo que pasa es que ayer estábamos en campaña? ¡Hoy usted ya votó!»."
Luis E. Luchía-Puig
lelp@fibertel.com.ar
Publicada en La Nación el 30/11/2011
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